3 acciones para ser un negocio bancario sostenible
En menos de 10 años las expectativas de los usuarios de servicios financieros han cambiado su rol de “clientes” y también deben hacerlo las instituciones financieras.
Asimismo, hace más de 10 años todo parecía ser mucho más sencillo, los usuarios buscaban un fácil acceso a las sucursales físicas y pagaban por los servicios, sin tener muchas opciones.
Actualmente, las reglas se han transformado, la simple idea de encontrar servicios libres de tarifas con las comodidades premium va mucho más de lo que ofrecía hace unos años la banca tradicional en el horizonte se asoman nuevas opciones de banca digital, neobanco o fintech’s que promueven los mismos servicios pero sin todas las trabas de la banca de tus abuelos .
Además hay que sumar temas como la sostenibilidad, cadenas de valor, economías circulares que han comenzado a ser exigidas por los usuarios y poco a poco han logrado convertirse en una parte clave de todas las iniciativas, sin ser la excepción el sector financiero pero ¿cómo se puede lograr esto en la práctica? Las instituciones financieras han adoptado diferentes estrategias y acciones, por ejemplo, ahora se pueden hacer que las tarjetas de sus clientes, así como el flujo de las transacciones sean más ecológicas y cómo esto dará forma al futuro de la banca:
Reducción en el consumo de papel
Con soluciones como la banca digital, las instituciones financieras, dejan de necesitar y utilizar empaques que han sido señalados incluso como dañinos.
Además de evitar los costos de enviar información por correo postal, por eso, información como un PIN digital o la solicitud de un estado de cuenta detallado , como otro tipo de información, se puede entregar en segundos a través de una aplicación móvil de la entidad financiera o por medio de un mensaje SMS, lo que reduce la cantidad de papel que se envían físicamente a sus clientes y, a su vez, disminuyen sus niveles de producción de CO2 generando una banca cada vez más libre de la huella de ozono.
Plástico 100% reciclable, plasticos se pueden reutilizar, reciclar y dar vida otra vez
Se estima que anualmente se generan 381 millones de toneladas de desechos plásticos de PVC y se espera que la cifra se duplique para el año 2034.
Es una cantidad de dimensiones titánicas, pero hay buenas noticias sobre los desechos plásticos, la tecnología es ahora capaz de reciclar el PVC, que ha sido señalado más de una vez como el enemigo número uno de la contaminación.
El PVC es altamente reciclable incluso se puede convertir en tarjetas bancarias recicladas.
La banca digital puede ser segura y respetuosa con el medio ambiente, especialmente cuando los consumidores buscan cada vez más utilizar su dinero en marcas que estén alineadas y convivan con los mismos valores de los usuarios que cada vez son más conscientes del medio ambiente.
Por ejemplo, la Thales Gemalto Reclaimed Ocean Card está hecha con un 70% de botellas de plástico recolectado de áreas costeras.
Este tipo de tarjetas además de ser de plástico reciclado, contribuyen a la conservación de la vida marina al evitar que el material termine en el fondo de los océanos, dañando a la flora y fauna marina.
Pero no sólo se puede reciclar de los océanos: cualquier industria que utilice plástico, es una buena candidata para reciclar. La Thales Gemalto Recycled PVC card, está hecha de 85% de PVC reciclado de industrias como automotriz o incluso ¡de máquinas de café!
Además, el plástico reciclado también se puede utilizar para fabricar tokens para generación de claves dinámicas (OTP), como los tokens Thales Gemalto Green OTP. Estos lograron ahorrar más de 125 toneladas de ABS virgen (acrilonitrilo butadieno estireno) el año pasado al cambiar la producción a tokens hechos de plástico de segunda vida.
Reducir y compensar las emisiones PVC al utilizar Plástico de Ácido Poliláctico, producto de origen vegetal
Thales ha encontrado una forma de hacer tarjetas bancarias a partir de recursos renovables y de origen ecológico, como maíz no comestible.
Estas tarjetas cumplen con todos los requisitos de seguridad, confiabilidad además han demostrado ser duraderas, durante toda su vida útil estas tarjetas también se han probado rigurosamente para resistir el uso y desgaste diario normal, como el derrame de bebidas o el hecho de que las saquen del uso que implica una billetera las tarjetas a base de PLA tienen el mismo desempeño que las de PVC.
Si bien reciclar plástico es la opción, no contribuir al problema del plástico virgen en primer lugar es la única forma en que podemos reducir la cantidad que eventualmente termina como desperdicio en comparación con las tarjetas de PVC si las de plástico de Ácido Poliláctico son incineradas producen un 84% menos de gases dañinos, reduce la huella de carbono y el uso de este tipo de tarjetas ahorraría a nivel mundial unos 24 millones de kilogramos de PVC que se utilizan en un año.
Al medir, compensar y certificar el carbono creado al producir productos bancarios, es más probable que las instituciones financieras puedan ver exactamente dónde están sus mayores valores atípicos en términos de contaminación por carbono.