Caminamos por una cultura de salud renal, tú ¿dónde estabas?
Por Carla Martínez
Eran las 8:20 de la mañana y las personas, principalmente familias, comenzaban a llegar a la Estela de Luz para registrarse en la Caminata por la Salud Renal.
A las 9:00 horas en punto comenzamos, alrededor de 400 personas, la Caminata hacia el Ángel de la Independencia, sólo con el objetivo de crear conciencia sobre la importancia de la donación de riñón y de cuidar su salud.
El número de personas que caminamos me sigue impactando, 400 asistentes que se enteraron de la Caminata fomentada por la Secretaría de Salud, Fundación Ale, la Asociación Mexicana para el Estudio de la Acidosis Tubular Renal y que no tuvo publicidad, no contó con espacios en televisión, radio o medios impresos, y cuando los tuvo fueron pequeñas publicaciones al respecto.
Con pocos patrocinadores como Zoé Water y Atún Dolores, se logró realizar una Caminata donde se entregó a cada asistente y sin costo: una playera, una gorra, dos manzanas, un yogurt, atún Dolores y agua Zoé.
Esto me hizo reflexionar sobre las carreras de 5 y 10 kilómetros que se hacen cada fin de semana, su costo, su afluencia y las empresas que las apoyan.
Resulta increíble saber que en México, 11 mil 655 personas necesitan de un trasplante de riñón, según cifras del Centro Nacional de Trasplantes, y a la Caminata asistimos 400 personas, suena mucho ante la poca difusión, resulta poco cuando pensamos en el alcance del problema.
Entre donantes, personal de las fundaciones, familiares de pacientes o de personas que afortunadamente recibieron un riñón en donación, personal de la Secretaría de Salud y fuimos pocos los colados que buscamos una mejor cultura sobre este tema.
Me pregunto ¿dónde están los entre mil y 5 mil corredores que cada semana pagan alrededor de 300 pesos para participar en alguna carrera? ¿dónde están las grandes empresas que organizan carreras con o sin causa y que podrían apoyar eventos como este?
Si se unieran las empresas “socialmente responsables”, las personas que buscan mejorar su salud participando en eventos deportivos, esta Caminata, donde las personas agradecían haber recibido un riñón, haber vivido más años por una donación, donde los familiares de pacientes iban con esperanza de encontrar a un donador; podría ser un evento anual sin precedentes, podría lograrse una recaudación importante para ayudar a pacientes que están en espera de un trasplante de riñón, podrían solventarse las operaciones de donación de riñón y podríamos aumentar la base de donadores en este país.
Se podrían tantas cosas, pero seguimos en el “podría”, pues ni las empresas ni los ciudadanos somos lo suficientemente responsables como para apoyar una causa que salva vidas, una simple caminata, sin costo, cuya meta es decirle a los mexicanos: “aquí estamos, cuídate para que no estés en mi lugar, para que no necesites un trasplante de riñón y dona tus órganos para que quienes lo necesitamos”.